Cuando tu familia está a punto de crecer, es posible que al centro de atención, el gato, no le guste demasiado. Los gatos son dominantes y si están acostumbrados a recibir toda tu atención, puedes apostar que no estarán felices cuando ya no la reciban.
Por eso hoy queremos ayudarte dándote algunos consejos sobre cómo preparar a tu gata para el nacimiento de su bebé. Ármate de paciencia y sigue atentamente los siguientes consejos.
- Comprueba la salud de tu gato
Comienza desde el principio para ser exactos. Mucho antes de traer al bebé a casa, revisa la salud de tu gato, tanto física como mental. Agenda una consulta en una clínica veterinaria, si eres de Suceava te esperamos.
Considere también las formas de relajación a las que tiene acceso el felino. Los juguetes son muy importantes para su salud mental.
- Crea una rutina con tu gato
Si aún no juegas con regularidad, descubre que es bueno hacerlo mucho antes de que nazca el bebé. Sigue alimentándola al mismo tiempo, tómate un tiempo para prestarle atención y, lo más importante, ¡sigue jugando con ella todos los días!
- Familiarizar al gato con nuevos sonidos y olores.
Cuando tienes un bebé, el olor en la casa cambia por completo. También hay nuevos sonidos que pueden ser un auténtico suplicio para tu gato si no lo familiarizas con ellos a tiempo.
Empieza a traer productos para bebés a casa y deja que el gato los huela. Asimismo, algunos especialistas recomiendan utilizar grabaciones del llanto de un bebé para familiarizar al felino con este ruido.
- Presentar los muebles al niño.
Sabes muy bien que a los gatos les encanta explorar cada centímetro de la casa, desde la cama hasta la encimera de la cocina. Debido a que no es recomendable dormir en la cuna del bebé, lo ideal sería introducirlo con tiempo y así imponer algunos límites.
Déjala inspeccionarlo, olerlo, pero hazle saber que no le pertenece. Tal vez puedas comprarle una cuna nueva y desviar su atención del bebé.
- Recompensa al gato por su buen comportamiento.
Cada vez que tu gato obedezca las nuevas reglas, no olvides recompensarlo. De este modo se sentirá apreciada y no abandonada en absoluto. Tú eliges si es una merienda especial o una súper sesión de juego.
- Preséntalos como corresponde a un gato con un bebé.
Quizás sea el momento más emotivo. Es aquel en el que los roles cambian y el gato tiene que entender que la familia ya no lo mima. No fuerces el encuentro y vigila de cerca al gato.
Si se siente incómoda en compañía del nuevo miembro de la familia, asegúrese de que se retire. ¡Por cualquier interacción positiva no olvides recompensarla!